Contar con un diagnóstico veraz y un monitoreo periódico de su reputación es una necesidad ineludible para las empresas líderes en sus mercados. Para ello deben regirse por políticas rigurosas que generen y acrecenten una buena imagen frente a sus stakeholders, ya sean sus clientes, inversionistas, trabajadores de la empresa e incluso la sociedad en su conjunto.
La satisfacción de los trabajadores de una empresa tiene una relación directa con la productividad de la misma. Moniorear periódicamente su evolución es clave. Saber si el colaborador tiene certezas con base en las políticas de reclutamiento, ascensos, ingresos y despidos. Así como la cordialidad en las relaciones interpersonales, el o la líder, las instalaciones, la posibilidad de ser innovador, el horizonte de crecimiento, y en escencia el sentimiento positivo o negativo hacia trabajar en la organización, permite una gestión adecuada y oportuna de la misma.
Al medir el nivel de satisfacción de los clientes es posible tomar una diversidad de acciones que tocan a todas las áreas de una organización desde el proceso de comercialización . De esta manera podremos mapear a la perfección la experiencia de cada uno de nuestros clientes.
El lanzamiento de un nuevo producto o servicio al mercado requiere actualmente de una iteración constante entre la generación ágil de nuevos conceptos, funcionalidades, experiencia del cliente, etc. Y su constante testeo. A nivel cualitativo mediante discusiones al inicio, y a nivel cuantitativo cuando ya es necesario estimar el potencial de venta y la elasticidad de la demanda al precio.
En el mundo multimedia y multicanal en el que vivimos, es difícil aislar el efecto específico que tiene cada componente del mix de marketing sobre la adquisición de nuevos leads y clientes. Se requiere por tanto la combinación de herramientas digitales así como la medición de aire y del BTL. Y cuando es posible, reforzar la solidez metodológica mediante diseños cuasi experimentales.